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Cuidar la espalda en verano: consejos para que estos días no le pasen factura.

El verano es sinónimo de desconexión, de viajes, de playa y de cañita en el chiringuito, pero también puede convertirse en un enemigo silencioso para tu espalda si no prestas atención a ciertos hábitos posturales, especialmente si padeces alguna lesión o sufres dolores crónicos.

Durante esta época, solemos modificar nuestras rutinas y realizar gestos que, aunque parecen inofensivos, impiden cuidar la espalda en verano adecuadamente y que pueden desencadenar contracturas, dolores intensos e incluso crisis agudas, especialmente en personas con patologías previas como hernias discales, escoliosis o hiperlordosis lumbar. Además de realizar un buen entreno anual con ejercicios que tonifiquen y protejan la zona, durante estos días vacacionales, prevenir es clave y por eso conviene conocer las situaciones veraniegas más lesivas para la columna y cómo evitarlas.

Consejos para cuidar la espalda en verano

 

1.- Evita leer tumbado boca abajo en la playa durante mucho rato

Es una de las posturas más comunes en vacaciones, pero también una de las más perjudiciales para la zona lumbar y cervical. Al leer tumbado boca abajo sobre la toalla o la hamaca, el cuello se mantiene en hiperextensión y la curva lumbar se acentúa de forma poco natural. Esto provoca una sobrecarga en las vértebras, especialmente en personas con hiperlordosis o hernia lumbar, pudiendo desencadenar episodios de dolor intenso o bloqueo funcional.

Consejo: Para leer en la playa, lo ideal es hacerlo sentado con respaldo o semitumbado en una hamaca reclinable que mantenga la espalda recta. Si se prefiere estar en la toalla, mejor colocarse boca arriba con las piernas flexionadas y el libro a la altura de los ojos.

2.- Actúa así si vas a pasar mucho tiempo de pie sin moverte

Durante el verano es habitual estar de pie largos periodos: en conciertos, en visitas guiadas o incluso esperando colas. Permanecer estático en esta posición puede fatigar la musculatura lumbar y sacra, generando tensión y molestias en la parte baja de la espalda.

Consejo: Para cuidar la espalda en verano cuando estés en estas situaciones y siempre que sea posible, cambia de apoyo, camina aunque sea unos pasos cada cierto tiempo y flexiona ligeramente una pierna apoyándola en una superficie baja (un bordillo, una maleta, etc.). Usar un calzado cómodo y con buen soporte también marca la diferencia.

3.- Extrema el cuidado a la hora de cargar maletas, neveras…

El transporte de bultos pesados en vacaciones (maletas, neveras, mochilas de excursión, sombrillas…) se hace muchas veces de manera improvisada y sin respetar la ergonomía. Los giros bruscos, el uso de una sola mano o cargar todo el peso sobre un solo hombro pueden provocar desde contracturas hasta lesiones más serias.

Consejo: Reparte siempre el peso entre ambos lados del cuerpo, flexiona las rodillas al agacharte y evita levantar objetos con la espalda arqueada. Si la maleta tiene ruedas, mejor aún. Y recuerda: no siempre es necesario cargar todo tú solo.

Conclusión

El verano debe ser una época para disfrutar, no para sumar visitas al fisioterapeuta. Adoptar gestos conscientes y vigilar tu higiene postural te permitirá prevenir lesiones y molestias innecesarias. Cuidar la espalda en verano -y el resto del año- es clave para que no te pasen facturas estas fechas en las que la maltratamos mucho más de lo que creemos sin darnos cuenta.

Como mencionamos antes, haber realizado durante todo el año un buen entrenamiento, que prestara atención a la columna e incluyera ejercicios para la tonificación de la musculatura que la rodea y la protege es clave.

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